AUTOEVALUACIÓN

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A diferencia de los trabajos anteriores, esta vez se nos presentaron dos personajes en una situación particular. La primera dificultad fue interpretar la imagen original y la historia detrás de esta, descubrirla, pero también hacerla propia, sumarle nuestra mirada. El segundo obstáculo fue pensar cómo representar a estas personas, si buscar actores lo más parecidos posibles (en este contexto) o salirnos un poco de eso e intentar captar la esencia de la escena. Tomando esta última punta, reconocimos algunas características de Lu (como personaje en Retrato de Lu) en la señora Berman: la pérdida de la esperanza y la rendición. A esta Lu la atormentaba algo o alguien; ahora, ese dolor la paraliza, casi que la vuelve un objeto inanimado que no reacciona y que permite que la manipulen como tal.

Luego de la primera entrega, buscamos darle un poco más de contexto a los dos planos grabados y los encerramos en una casa para que los problemas en la relación queden puertas para adentro. La plancha separa los dos lados de la cama, a dos personas que ya no parecen encontrarse, a un hombre que tiene intereses y que cuelga cosas en la pared y a una mujer que tira sus pañuelos por ahí, que tiene un reloj que ya no usa porque no le importa. Antes, la cruz resaltaba de la oscuridad, pero ahora forma parte de ella.